Características de las disoluciones

Cuando hablamos de disoluciones, estamos hablando de un proceso homogéneo que se lleva a cabo gracias a la combinación de un solvente junto a uno o más solutos, en donde cualquiera de estos dos elementos se puede encontrar en cualquier estado de la materia (sólido, líquido o gaseoso), incluyendo que ambos se encuentren en el mismo. Las características de las disoluciones se encuentran encabezadas por el hecho de ser mezclas totalmente homogéneas, lo que significa que el soluto acaba disolviéndose en el solvente y este no se observa a simple vista.

Lo anterior se refiere a que las únicas diferencias que se pueden encontrar en la mezcla ya con ambos elementos, se observan en cuanto al sabor, olor y densidad de la misma, ya que de otro modo se vuelve complicado notar un cambio visual. En otras palabras, cuando estamos frente a una mezcla homogénea, estamos frente a una disolución, lo que se puede observar a simple vista cuando combinamos sal (soluto) y agua (solvente). Una vez que el sólido se disuelve, el agua no da indicios a simple vista de estar salada.

La combinación de ambas sustancias se lleva a cabo a nivel molecular, por esto se hace complicado notar la combinación de las dos sustancias en una misma. De forma común, las cantidades de soluto y solvente pueden estar similares; sin embargo, lo más común es que el soluto se encuentre en una cantidad menor que el solvente, que por lo general tiende a encontrarse en estado líquido.

Cuando se refiere a mezclas heterogéneas, se toma en cuenta que sus componentes son capaces de observarse a simple vista, como la madera en agua o minerales como el granito, en el cual se observan los tres tipos de minerales que lo conforman.

Qué son las disoluciones

Como ya hemos destacado con anterioridad de un modo más general, cuando mencionamos lo que es una disolución, es necesario explicar que se trata de mezclas homogéneas que se forman gracias a la combinación de un soluto y un solvente, en donde puede existir el caso en el cual se logran combinar más de dos solutos en un mismo solvente, formando distintos tipos de disoluciones.

Esto se lleva a cabo gracias a que cuando se origina la combinación, se lleva a cabo automáticamente una reacción química y un cambio de energía, todo esto a nivel molecular bajo la base de una ruptura de enlaces, que permite entonces la redistribución del soluto en el solvente.

También destacamos que cualquiera de los elementos se puede encontrar en cualquier estado de la materia, de modo que se pueden combinar dos líquidos, un líquido con un sólido, un gas con un líquido, entre otros. Un ejemplo claro de esto es el agua con gas que suele venderse embotellada. A simple vista parece simplemente agua, y cuando se prueba o se destapa, se descubre que cuenta con cierta cantidad de gas.

Tipos de disoluciones

Al hablar de disoluciones químicas, si bien estas cuentan con una base específica, las mismas se diferencian entre sí gracias a sus características, las cuales se llevan a cabo dependiendo de los niveles de soluto y solvente con los que cuenten.

Es decir, de acuerdo con su concentración, existen los siguientes tipos de disoluciones:

Disoluciones diluidas. Estas son aquellas disoluciones en las cuales se combina una cantidad pequeña de soluto con una cantidad mayor de solvente.
Disoluciones concentradas. Estas son aquellas que cuentan con una cantidad moderada de soluto; sin embargo, el solvente es capaz de soportar más cantidad.
Disoluciones saturadas. Estas son aquellas disoluciones que son capaces de admitir más cantidad de soluto siempre que el solvente se encuentre a una temperatura específica, ya que de otro modo se precipitarían.
Disoluciones sobresaturadas. Finalmente, se encuentran las sobresaturadas, las cuales son aquellas que aun estando saturadas y a ciertas temperaturas, esta suele ser aumentada con el fin de que la cantidad soporte más soluto y luego se regula nuevamente la temperatura. En ocasiones suelen precipitarse si se les mueve bruscamente.