Las disoluciones son mezclas homogéneas que se forman tras la combinación de un solvente (disolvente), y uno o más solutos, en donde la cantidad de este último elemento podrá variar dependiendo de cuál tipo de disolución se esté llevando a cabo. Lo anterior se traduce en el hecho de que existen diversos tipos de soluciones, comenzando por la disolución diluida (también llamada solución insaturada), la disolución concentrada, la disolución saturada y la disolución sobresaturada. Cada uno de estas mezclas es homogéneo, lo que quiere decir que sus elementos son incapaces de observarse a simple vista.
Esto ocurre debido a que la conexión que existe entre los elementos, surge a nivel molecular, lo que quiere decir que para lograr observar las partículas del soluto diluidas en el solvente, deberá ser a través de un microscopio. Cuando en una mezcla se logra observar el soluto en el solvente, se trata de una mezcla heterogénea, la cual se caracteriza por contar con partículas observables a nivel macroscópico.
En este artículo ampliaremos el tema, destacando la disolución diluida y sus características, con el fin de que cada usuario sepa diferenciar esta mezcla de las demás.
Qué es una Disolución diluida
Cuando hablamos de disolución diluida, estamos hablando específicamente de una disolución que cuenta con un disolvente y una cantidad pequeña de soluto, lo que genera que el resultado no cuenta con un nivel elevado de concentración. Son mezclas que se caracterizan principalmente por ser homogéneas y por lograr tolerar más cantidades de soluto. Además, la cantidad de este elemento siempre será menor que la cantidad del solvente.
Son también conocidas como disoluciones insaturadas y tienden a ser destacables gracias a que la velocidad en la que es capaz de diluir el soluto, es incluso mayor a la velocidad común del proceso de recristalización. Cuando a una solución insaturada se le agrega más soluto y este logra disolverse sin necesidad de estar a cierta temperatura, se le conoce entonces como una disolución diluida de menor concentración. Si a esta mezcla se le añade más soluto con ayuda de la elevación de su temperatura, quiere decir entonces que su nivel de concentración aumentó y pasa a ser una solución concentrada o saturada.
Se toma en cuenta una disolución diluida como la base para preparar todas las mezclas siguientes, especialmente porque a partir de la misma se busca estimar la concentración de cada mezcla, convirtiéndola entonces en otras mezclas homogéneas con mayor concentración de soluto.
Las disoluciones diluidas son aquellas que cuentan con diversos factores que logran afectar directamente el nivel de solubilidad de estas mezclas. Es decir, partiendo de estos factores, se estima el nivel de concentración de la mezcla. Estos factores son los siguientes:
- Temperatura. Es necesario que el solvente, que por lo general es agua en todos los ejemplos comunes, se encuentre a cierto nivel de temperatura, ya que de otro modo la velocidad de solubilidad del soluto será más lento que el común.
- Presión. Mientras más presión contenga una mezcla diluida, más soluto logrará contener. Sin embargo, esto tiende a ser utilizado en gran medida en soluciones que contenga gases como soluto y agua como solvente.
- Composición química. Este factor es de suma importancia en el tiempo y la cantidad de disolución del soluto, especialmente porque a pesar de tener similitudes, los elementos sólidos cuentan con una composición química diferente. Por ejemplo, el azúcar se disuelve más rápido en el agua que la sal.
Es necesario tener en cuenta que cada tipo de disolución cuenta con sus propias características, lo que genera que cada una de ellas se diferencie gracias a su nivel de concentración. En reglas generales, esto a simple vista se logra observar gracias a los colores de la mezcla final de cada solución, en donde la disolución diluida tiende a ser la más clara y la disolución sobresaturada, la más obscura.
Características de una Disolución diluida
Las disoluciones diluidas son soluciones que cuentan con características específicas, lo que nos permite diferenciarlas de otras mezclas. Dentro de estas características, se encuentran las siguientes:
- Son mezclas homogéneas. Esto quiere decir que las cantidades de soluto sobre ciertas cantidades de solvente, son menores en grandes escalas. Es decir, su nivel de concentración es muy bajo y soportan más cantidades de soluto.
- No son capaces de ser separadas a través de procedimientos básicos como la filtración y la centrifugación. Sin embargo, con un nivel mayor de dificultad, logran ser separados sus elementos a través de procesos como la cristalización.
- Sus elementos no son capaces de descomponerse fácilmente, por lo que solo a través de procedimientos como evaporación y condensación, se logran dividir sus fases especiales.
- Toleran más cantidades de soluto siempre que se encuentre a cierta temperatura, convirtiéndose así en otros tipos de disoluciones mencionadas con anterioridad.
En conjunto, estas características logran crear una mezcla poco concentrada, excelente para ser la base de otros experimentos.
Ejemplos de una Disolución diluida
Las disoluciones diluidas se consiguen en cualquier parte del mundo, incluyendo nuestro hogar. Es decir, no se trata tan solo de mezclas preparadas en un laboratorio químico, ya que en cualquier momento de nuestras vidas hemos creado distintos tipos de disoluciones. A continuación algunos ejemplos:
- La combinación de café caliente con una cucharadita de azúcar.
- La combinación de un vaso de agua con una cucharadita de azúcar o sal.
- Ácido acético diluido en agua forma lo que conocemos comúnmente como vinagre.
- Cuando se combina el alcohol isopropílico con agua, se crea un tipo de alcohol capaz de desinfectar cualquier cosa.